1- Adaptarnos al cambio climático
El cambio climático es el aumento a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos en el planeta. Si bien estos cambios pueden ser naturales, desde el siglo XIX las actividades humanas son el principal factor que incide en el cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Estas “atrapan” el calor y alteran el ciclo natural de nuestro planeta.
En la Ciudad de Buenos Aires la principal amenaza natural son las inundaciones. El cambio climático afecta la frecuencia e intensidad de las lluvias y produce el aumento del nivel de los mares.
Debemos afrontar estos desafíos apelando a la resiliencia e impulsando una nueva relación con el agua. Este escenario implica adecuar la infraestructura, adaptar las herramientas de prevención, promover más educación y conciencia ciudadana, y avanzar con soluciones basadas en la naturaleza.
2- Descontaminar el agua
La Ciudad está atravesada por 12 arroyos, siendo tres los que nacen en la provincia de Buenos Aires: el Arroyo Cildañez, el Arroyo Maldonado y el Arroyo Medrano. Estos cursos de agua se encuentran entubados bajo tierra en casi la totalidad de su extensión dentro de la Ciudad, lo que impide tenerlos presentes y ser conscientes de su estado de contaminación. Las principales causas de esta contaminación son desechos industriales en las cuencas altas y desbordes de cloacas domésticas en el sistema pluvial, que terminan confluyendo en los arroyos.
Como parte de la política de descontaminación, el Centro de Investigación y Formación Ambiental de APRA (Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires) monitorea la calidad del agua en la entrada de los arroyos a la ciudad y en su desembocadura al Río de la Plata.
Desde el Plan Hidráulico de la Ciudad se financió la compra de equipamiento para fortalecer la gestión del control de contaminación de los arroyos. A su vez, se desarrollan mesas de trabajo para el análisis de la situación de descontaminación de los arroyos, en el marco de la Cooperación entre la Ciudad de Buenos Aires y Copenhague en Adaptación al Cambio Climático en materia de agua.
3- Nueva relación con el agua
Buscamos adaptar la Ciudad al cambio climático y recuperar la salud de sus arroyos y ríos, a través de una nueva relación con el agua. Queremos que deje de ser un problema y se convierta en un elemento de vida y disfrute para las personas que viven y visitan la Ciudad de Buenos Aires.
Para eso, el Plan hidráulico propone un equilibrio entre infraestructura gris, soluciones de cambio cultural y nuevas soluciones basadas en la naturaleza, que ayudarán a reducir el riesgo de inundaciones de manera más eficiente y optimizarán los beneficios en la mejora urbana, como la recreación, la biodiversidad y la reducción del efecto isla de calor, entre otros.